HOGAR DULCE HOGAR. Una casa sin hipoteca

             Jugar es algo muy serio. Los niños tienen que jugar, necesitan hacerlo. El juego no sólo les entretiene sino que contribuye a su desarrollo intelectual y emocional. El juego les ayuda a socializar porque el juego no consiste únicamente en imaginar, sino que el habla acompaña al juego. El juego simbólico es el juego infantil por excelencia. A través de él, los pequeños  imaginan ser, imitando situaciones que contemplan en la vida real. 

En ese proceso utilizan al máximo su imaginación, jugando constantemente en el límite entre lo real y lo imaginario. A través de la representación los niños asimilan y comprenden las situaciones que viven en la vida real estableciendo relaciones que les ayudarán a desenvolverse con éxito en el futuro. 

Como padres, tíos, madrinas, abuelas... tenemos que fomentar por todos los medios posibles este tipo de juego en nuestros pequeños, jugando con ellos y comprándoles o fabricando juguetes que potencien el juego simbólico, tan importante para su maduración personal.

El ámbito del juego simbólico por excelencia es la casa. En ella los niños conviven con los adultos y satisfacen sus necesidades básicas de alimento, sueño, higiene, seguridad y juego de forma predominante frente a otros espacios.

Os presento estas preciosas casas de madera elaboradas por el carpintero/artesano afincado en Graus Ramón Moreno.

Artesanales, resistentes, llenas de detalles, respetuosas con el medio ambiente y fáciles de transportar y guardar, son el regalo ideal para quienes entienden la importancia de cuanto hemos dicho y quieren distinguirse a la hora de obsequiar a sus seres queridos pequeños con un objeto valioso y duradero en el tiempo.

Se realizan por encargo.

Se pueden personalizar con el nombre del niño (que se hace con pirograbado en un cartel que va sobre la puerta de entrada).

Hay una expuesta en el  EL TALLER DE FELI adonde podéis acercaros para ver en directo la cantidad y calidad de los detalles, la excelente elaboración, la perfección del acabado y la magia que suscita su contemplación.