Los pendientes de Jacinta

       La estanquera más popular de Graus, dada a las descargas de adrenalina y a las alegrías que dan las tablas de un escenario, de vez en cuando se transforma. Abandona el tono susurrante de la voz cansada de repetir "¿Qué quiere?" y el del enfado que le produce el tránsito Este/Oeste entre las dos puertas de su establecimiento, para mirar sonriente, hermosa en su valentía, bella en su entrega, al público que asiste a sus interpretaciones.
Estos pendientes, realizados por expreso encargo para una de sus actuaciones, fueron hechos esperando que a ella le gustasen tanto como ella gusta a los demás cuando sale a escena.
Es de las pocas artistas que arranca el aplauso antes de ofrecer su arte.